TRibu71 Cazando con Águilas de Harris ES UN BLOG CREADO PARA COMPARTIR MIS EXPERIENCIAS DE CAZA CON UNA DE LAS AVES MÁS VERSÁTILES Y EFICACES QUE PUEDEN VOLARSE EN CETRERÍA.
UN ESPACIO DEDICADO A EXPLORAR EN PROFUNDIDAD SU AMPLIO POTENCIAL Y UN LUGAR DE ENCUENTRO PARA TODOS AQUELLOS CETREROS QUE GOCEN VOLANDO ESTAS MAGNÍFICAS AVES


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lunes, 26 de abril de 2010

Memoria 1ª temporada de caza 2009-2010

Con respecto al adiestramiento de Tango he de decir que el proceso de impronta al que fue sometido por parte de su criador lo simplificó considerablemente. Cuando me lo traje de Málaga, este torzuelo estaba perfectamente familiarizado prácticamente con todo, mostrándose sumamente tranquilo, en cualquier ambiente, en presencia de personas y perros. Prácticamente su adiestramiento se redujo a una bajada gradual de su peso hasta que conseguí una respuesta instantánea a la llamada. Una lesión que sufrió en uno de sus tarsos fue la responsable de que su adiestramiento se aplazace y retrasase varios meses. Tras su recuperación, un mes escaso dedicado a completar su programa de musculación, basado fundamentalmente en saltos verticales y vuelos largos en fuertes pendientes, y sin soltar escape alguno me lo llevé directamente a  la caza del conejo.

Esta es la primera temporada que en el coto social de Estepa se ha podido cazar durante la media veda en la modalidad de cetrería, ya que ciertas deficiencias en su plan técnico nos lo habia impedido. Después de varios meses intentando solucionar el problema, la esperada modificación de dicho plan llegó justo a tiempo. Es importante hacer ciertas apreciaciones sobre la dificultad que entraña la práctica de la cetrería dentro de los cotos sociales, donde los cetreros deben convivir con cazadores de escopeta y galgueros. Simultanear todas estas cazas entraña ciertos peligros para los cetreros, unos más evidentes, pues nuestras aves están expuestas a ser presa fácíl de cazadores inexpertos o desaprensivos y otros menos graves y quizás menos evidentes, pero que igualmente terminan dificultando nuestra práctica. Por estos otros peligros menos evidentes, pero que dificultan igualmente la plena aceptación de los cetreros dentro de algunos cotos, me refiero a los que vienen dados básicamente por la imagen generalizada que existe entre los cazadores, poco familiarizados con nuestra modalidad, de que las rapaces son prácticamente infalibles. Para la totalidad de los galgueros de nuestro coto, nosotros los cetreros, somos los únicos responsables de la disminucion de la población de liebres. Para los que centran su atención principalmente en las perdices, los harris volando en pleno mes de Julio, representan la principal amenaza para la supervivencia de los pollos de esta especie. "Y el cetrero debe adaptarse de forma responsable, en este ambiente hostil, intentanto en primer lugar dar una imagen prudente y real de lo que es la cetrería, sin alardes que puedan comprometer nuestra permanencia en estos cotos y adquiriendo responsabilidades con nuestra actitud en la gestión sostenible del coto". En la temporada 2008-2009 paré voluntariamente a mi prima de Harris, Tribu, cuando aún me restaba un mes completo de caza y el  motivo que me indujo a tomar esta decisión fue que las últimas cinco capturas de liebre resultaron ser cinco hembras gestantes. Por todas estas exigencias que impone la buena relación y el buen hacer de los cetreros dentro de sus cotos y con el resto de los cazadores, Tango es mi mejor opción para volar en estos meses de media veda, cuando aún no esta permitida la caza de la liebre, ya que éste ha demostrado no tener intención alguna de cazarlas. Hacer este tipo de consideraciones que faciliten la convivencia con el resto de los cazadores es importante, ya que justamente el primer diá que salimos de caza ya tenía al guarda pegado a mis talones y se mostraba  muy expentante por saber como le iba yo a decir a mi pájara, la que él habia visto cazar liebres con gran eficacia en varias ocasiones, que éstas no se podian cazar en estos meses. El tener la oportunidad de demostrar al guarda que mi torzuelo era totalmente indiferente a la salida de las liebres, creo que contribuyó a que la cetrería pasase una prueba de fuego para que se consolidara su práctica durante la media veda en este coto.

Toda mi experiencia de caza real con Harris se ha centrado en la caza de la liebre. Las capturas esporádicas de conejos por parte de Tribu o de Vigo eran cirscunstanciales y eran sacados de ellas sin cortesía alguna. Un único intento serio de cazar esta pieza con este torzuelo en esta primera temporada de caza 2009-2010, puso de manifiesto toda una serie de problemáticas relacionadas con esta caza. Y quizás la primera conclusión a la que llegamos fué que las condiciones y cicunstancias específicas de cada coto determinan en gran modo los resultados. El tipo de terreno, la densidad de población y la presión sobre ésta (resultado de la gestión interna del coto) son realmente muy condicionantes. Nuestro terreno de caza está compuesto básicamente de olivar. Los usos agrícolas relacionados con su gestión imponen un modelo de cultivo que, al estar muy tecnificado requiere de un terreno totalmente limpio de vegetación. Esta falta de cobertura vegetal dificulta notablemente la caza de esta pieza ya que una vez abierta la veda, y pasados los primeros días de relativa abundancia y fundamentalmente como respuesta a la fuerte presión a la que son sometidos los conejos por parte de los cazadores de escopeta, hay un cambio drástico en sus hábitos que van  a dificultar su caza en cetrería. El conejo, sin el refugio que les brinda la vegetación en este tipo de terreno, prácticamente permanecen a escasos metros de sus madrigueras, prestos a refugiarse en ellas a la más mínima señal de alerta. Estepa está enclavada en una de las comarcas olivareras más importantes de Andalucía y he podido constatar cómo a medida que ésta ha ido evolucionando y tecnificándose (quizás sin muchos criterios de sostenibilidad) muchas especies, antes relativamente abundante, se han ido rarificando haciéndose realmente escasas. Pero con respecto al conejo, creo que los cazadores, en general, tenemos una importante responsabilidad en su correcta gestión. Esta responsabilidad, desde mi humilde punto de vista, reside fundamentalmente en el hecho de que el conejo se encuentra en la base de la alimentación de muchas especies de depredadores cuya presencia está condicionada por su disponibilidad. No creo que los intereses económicos y cinegéticos deban en ningún modo desatender las necesidades básicas de conservación de los distintos hábitats y de sus especies.

En estas circunstancias las capturas fueron escasas, si bien he de dicir que Tango los volaba con gran determinación llegando a presenciar algunos lances realmente buenos. Como ya he comentado fue introducido a esta pieza de una forma totalmente natural sin emplear escape alguno. La primera huída rápida, a escasos metros de nosotros, de un conejo en un terreno con bastante vegetación, lo activó como un resorte y creo que cuando él mismo quiso darse cuenta tenía ese primer conejo entre sus garras.

Otra importante conclusión, a la que llegamos después de este primer intento serio de cazar esta presa, es que un elememto sin el cuál esta modalidad se hace evidentemente deficitaria, es sin lugar a dudas el perro. La colaboración de un buen perro aporta la verdadera dimensión a este lance hasta el punto de que creo que sin el perro, esta caza, aunque en teoría sea mucho más asequible, es menos factible y de peores resultados que la caza de la liebre
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Esta experiencia fue novedosa también en otros sentidos. Como regla general en estos meses de verano las aves de cetrería estan paradas realizando su muda anual, así que para mí era una incógnita (que me preocupaba) el saber cómo mudaría un pájaro en estas condiciones. Pero he de decir que este torzuelo, pese a estar moderadamente templado, completó su muda a exepción de las dos primeras rémiges de cada ala y resultando un plumaje de una calidad igual a la que hubiese obtenido mudando por el procedimiento tradicional. Otros matices a resaltar sobre el manejo de los Harris, relacionados con volar en estos meses de verano, es por ejemplo que resultó ser una época peculiar para el control del peso. Acostumbrado a volar en los meses fríos de invierno pude observar cómo en estos meses con temperaturas superiores a los 30 grados los pájaros se mantienen prácticamente con nada. Era difícil controlar las cebaduras sobre las capturas para evitar que el pájaro subiera de peso y perdiera por consiguiente, rendimiento para la próxima jornada. También el volar en estas condiciones hizo del pulverizador  de agua una herramienta imprescindible que llevar en cada jornanada de caza. Fue realmente aliviante para las aves el agua pulverizada que recibían cuando más acusaban el calor, por ejemplo, después de debatirse o tras una fuerte persecución. 

miércoles, 21 de abril de 2010

Programando la media veda de la temporada 2010-2011

Los escasos resutados obtenidos en la temporada anterior son un claro indicativo de la necesidad de introducir cambios y mejoras en lo que fue nuestro planteamiento inicial.

Con respecto a las condiciones y al reglamento que impondrá el coto para este año y para esta modalidad, creo que ya de entrada se nos reducen las horas de caza, estando prohibido poder cazar en aquellas en las que los cazadores de escopeta realizan sus aguardos. Con esta medida se pretende evitar las molestias que nosotros podamos ocasionar a aquellos cazadores que se encuentren en puesto fijo. Como contrapartida creo que quizás podamos disfrutar de algunos terrenos donde las "escopetas" no podran entrar. Siendo los días habiles de caza los mismos que los del año pasado: jueves, sábados, domingos y días de fiesta de carácter nacional.
Tras haber conseguido la esperada modificación del plan técnico del coto social de Estepa, que nos posibilito el poder cazar en la media veda, nuestro próximo objetivo será promover la creación en el mismo de un escenario de caza que nos permita volar a nuestras aves fuera de lo que son los periodos hábiles de caza. De esta forma contaremos con un espacio en el que  poder adiestrar y poner en forma a nuestros Harris para tenerlos perfectamente preparados para el momento en que se habra la veda.

En referencia a lo que va a ser nuestro planteamiento para intentar acometer esta caza con mejores resultados intentaremos:

Valorar el rendimiento de los harris en diferentes terrenos constatando cuales son los mas viables desde el punto de vista del nº de capturas y de las exigencias relacionadas con el manejo de los Harris.

Maximizar en lo posible la condición física de los Harris, con objeto de poder ser más valorativos de los condicionantes externos discriminando de este modo las  limitaciones que puedan plantearse por una deficiente  condición fisica o un adiestramiento inapropiado. Para esta proxima temporada queremos completar nuestro programa de musculación introduciendo el uso de un señuelo mécanico. En la celebración de las pasadas II Jornadas Santiaguistas de Estepa, septiembre de 2009, tuvimos la oportunidad de ver una excibición de Bajo Vuelo sobre señuelo mécanico realizada por el cetrero granadino Antonio Ramirez (que es la persona que comercializa este modelo de señuelo mécanico), donde pudimos constatar las muchas posibilidades que ofrecia como método de adiestramiento y musculación.  Ademas, creo que también puede ser una excelente herramienta para  ayudarnos a fijar en nuestros Harris la dinamica de esta modalidad de caza en cuestión. Si podemos simular, sin limitaciones en cuanto al número de veces, lo que van a ser los lances a conejo y en condiciones mucho mas controlables que si de escapes se tratara, podremos buscar y recompensar de una forma mas consistente la mejor respuesta y comportamiento por parte de los Harris.

Con respecto al diestramiento creo que puede jugar a nuestro favor introducirlos a la percha en T, sobre todo para los terrenos más sucios, ofreciéndoles de esta forma un posadero mucho más elevado desde el que poder localizar a los conejos y algo de ventaja a la hora de iniciar los vuelos de caza. Seguramente la percha en T también nos permitirá tener más control sobre nuestro pájaro y quizá pueda ayudarnos a recuperar a las aves de ciertos árboles sin tener que llamarlos. Una forma también de aumentar las posibilidades de éxito en las zonas de monte es volarlos a toro suelto. Aunque creo que el éxito de volar a los harris de esta forma en estos terrenos más quebrados y con árboles, creo que va a depender de lo inestimables que nuestro Harris nos lleguen a considerar como auxiliares en la caza levantándoles las piezas, si esto no sucede así, creo que los despistes y los intentos de cazar por su cuenta y riesgo van a plantearnos más quebraderos de cabeza que ventajas. De nuevo el no tener un perro que focalice la caza centrando a los harris nos va a dificultar seriamente el asunto.

De igual manera deberemos comenzar la caza con los harris perfectamente musculados y hechos, con objeto de aprovechar los escasos días en que los conejos van a ser más abundantes y confiados ya que en sólo un par de semanas actuando las escopetas el conejo se endurece, dificultando mucho sus capturas.

miércoles, 14 de abril de 2010

Tango

Tango es un torzuelo, regalo de mi buen amigo y experto cetrero malagueño Paco Ramírez. Es hijo de su torzuelo y de una hembra de Jacobo Quero y en su genética aparecen importantes criadores como Jürgen Nikolaus y Nick Fox.
Es un torzuelo de estructura mas ligera, si lo comparamos con Vigo, alcanzando un peso de caza en verano, época en la que vuela de unos 650gr. Es un pájaro muy ligero y acrobático, adaptandose muy bien al vuelo del conejo, pieza a la que esta dedicado. Su primera temporada de caza fue la del 2009 y fué adiestrado y cazado durante el periodo de muda, llegando a realizar un cambio completo de pluma a exepción de los dos primeras rémiges de ambas alas. Se mostró efectivo y muy recazador con los conejos pero, en ningún momento, realizó un intento serio de capturar ulguna de las liebres que durante la caza del conejo pudo salirnos a lance. Es un torzuelo con un caracter algo nervioso que necesita un cuidadoso manejo sobre el puño.










Vigo

Cuando adquirí a Vigo, fue una sorpresa comprobar que poseía la misma genética que Tribu. La madre provenía de pájaros de Jack Renaud y el padre era también de Miguel López. Su criador, Antonio Guillén Barea, de Jerez de la Frontera. Nacio el 10 de Mayo del 2006.

Esta similitud genética tuvo su correspondiente manifestacón en su excelente comportamiento en la caza. Al igual que Tribu, su introducción en la caza fue espontanea, atacando con gran determinación y eficacia tanto el pelo como la pluma, y al igual que ell, consiguió matar su primera liebre en su primera salida de caza.

Cazar liebres con un torzuelos de Harris es una vuelta de tuerca, donde las emociones de esta caza se amplifican enormemente. La alegría de la captura es máxima, al igual que la frustración que se llega a experimentar cuando, estando a tan solo un paso de poner una rodilla en tierra para agarrar esa liebre que tu torzuelo intenta retener como puede, esta consigue soltarse en el último instante. El haber experimentado ese sentimiento de gran frustración por haber perdido esa liebre que tanto se merecía tu torzuelo, es lo que actua de amplificador de tu alegría cuando éste consigue capturar.

Vigo me ha hecho vivir ambas sensaciones, demostrándome lo cuestionable pero adiptivo que puede llegar a ser este lance por la dificultad extrema a la que estás sometido tú y sobre todo tu pájaro.
Vigo se ha consolidado en su captura en esta pasada temporada 2009-2010 llegando a capturarlas en un peso por encima de los 820 gr.

Tribu

Tribu nació el 16 de Abril de 2006 en las instalaciones de Damián Mateo de Chiclana de la Frontera (Cadiz). Su madre fue un regalo de Jack Renaud. Damián estuvo trabajando para él en el Norte de África y a su regreso a España se la trajo consigo. Damián me contó que proviene de pájaros que trajeron directamente de Sonora (México). El padre es de Miguel López, de Écija.

Tribu fue excepcional desde un principio. Mató la primera liebre que vio y en su primer día de caza. LLevábamos cinco minutos en el cazadero cuando se arrancó por una liebre larga que prácticamente no nos dio tiempo a ver. Yo, muy lejos de salir corriendo tras ella, me fui buscándola muy tranquilamete, no creí ni por un instante que la pudiese haber cogido. Tuve que utilizar la telemetría para localizarla, y cuando la hallé, la tenía perfectamente retenida. La alegría fue enorme, pero me lamentaba profundamete de no haber corrido para ayudarla. Me asaltaban las dudas sobre si la dura pelea la podría haber resabiado. Tercié y al siguiente día de caza cogió su segunda liebre con la misma fe y determinación que la primera.

Pero hubo otro hecho que puso de manifiesto su excepcionalidad. Después de la tercera captura, cebé al máximo, pero decidí no terciar y salir también al día siguiente. Pensé que no querría las liebres y que me la traería de vacío, y todo esto con objeto de hacerle ver que solo comería cuando hubiese captura de liebre. Sería como una tercia normal con la diferencia de que en vez de estar inactiva en el banco, tendría algo de ejercicio. Nada más cogerla esa mañana, pude comprobar que sus deyecciones eran muy fuertes y abundantes, creo que aún estaba digiriendo la gorga de liebre del día anterior. Ese día volví a quedar asombrado cuando después de volar con mucha decisión las dos primeras liebres volvió a trabar en la tercera. Este hecho de cebar al máximo y volver a capturar al día siguiente lo pude repetir cada vez que quise. Tres magníficas temporadas de caza me han demostrado sobradamente que Tribu no necesita pasar por la báscula para ir a cazar liebres. Este hecho lo constataba junto a mi buen amigo Antonio Pareja, cuando mostrábamos a Tribu una codorniz a escasos centímetros de su pico y ella la ignoraba moviendo el cuello de un lado para otro intentando otear a lo lejos esa primera liebre.

En su adiestramiento tamabién hubo dos hechos que creo que vinieron a potenciar sus buenísimas cualidades para la caza. El primero, que durante las dos primeras temporadas comió siempre a saciedad en la primera liebre que conseguía cobrar. Supe conformarme con poco, y fueron muchos los días, que muy a mi pesar, me venía del cazadero cuando solamente habían transcurrido unos minutos desde nuestra llegada hasta que Tribu cobraba su liebre. Lo de cebar siempre en la primera liebre se entiende perfectamente cuando se conoce el coto donde cazo habitualmete. En este terreno no hay liebres fáciles, entendiendo por fácil el simple hecho de que salgan a lance. Las liebres se levantan larguísimas y solo las ves a 200 o 300 metros cruzándose entre los olivos de una calle a otra. Para matar liebres en estas condiciones, el Harris tiene que tener una fe absoluta, y la recompensa debe ser acorde al esfuerzo que necesita emplear para capturar en tales circunstancias. Creo que los mejores pájaros se forjan en los cotos más duros.

El segundo hecho, que creo que también influyó de algún modo, fue que llegué a suprimir por completo su llamada. Al iniciar su adiestramiento, cuando apenas había empezado a templar, Tribu comenzó a piar. La causa de que piara no fue propiamente el hambre, sino que al separarla de otro Harris con el que compartía muda, estos comenzaron a vocalizar para llamarse entre ellos. Desde que cazó su primera liebre no volví a llamarla al puño. Cuando volaba una liebre y fallaba, la localizaba utilizando la telemetría y la recogía directamente del suelo, sin llamadas y por consiguiente sin comida alguna. Quise forzar rápidamente su maduración desvinculándola de mi, y prácticamente se puede decir que cazó antes de estar completamente adiestrada. Tomé esta decisión para evitar que el piar fuese a más, y lo que le aportó fue una claridad absoluta a la hora de saber cuál era su cometido en el campo y de dónde provenía la única fuente de alimento posible. Quizás por ello fue un pájaro tremendamente serio en la caza desde un principio. Tribu comenzó su primera temporada cazando en 950 gr y la cerró en 1.120 Kgr.