Durante esta semana he alternado los vuelos en el campo con el fiador con sesiones de saltos verticales en mi casa. Quizás los saltos verticales sean unas de las rutinas de trabajo que por el elevado número de repeticiones que se realizan, más fácilmente reanudan las rapaces. Normalmente cuando trabajo los saltos verticales con pollos de harris utilizo una percha en T con objeto de evitar una excesiva vinculación de éstos con el cetrero, pero con aves expertas en la caza prefiero ofrecerles el guante como una buena forma de recuperar parte del control que pude ir cediendo como una forma de propiciar su iniciativa en la caza. Creo que cuando se adiestra un pollo de Harris por primera vez (y si contamos con el auxilio de la telemetria y el terreno lo permite) hay que llevarlos lo más rápidamente que podamos a la caza sin obsesionarnos con tener una llamada perfecta. Podemos empezar a cazar con ellos y perfeccionar posteriormente el adiestramiento. Después de muchas jornadas de caza a toro suelto, en terrenos con poca abundancia de caza, donde hay que ceder mucho protagonismo a los harris para cobrar piezas, nuestro control de campo se resiente y nos obliga quizás a buscar el control afinando nuestras estrategias y buscando por encima de todo ser nosotros quienes sirvamos la pieza. Hacer esto en la práctica, en las condiciones expuestas anteriormente y hablando de Harris, que siempre van un paso por delante, puede ser bastante complicado.
domingo, 6 de junio de 2010
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